BaudolinoHacer de la mentira una obra de arte es una facultad reservada a grandes literatos empero si esa obra de arte es una novela donde la historia se te vuelve creíble desde sus inicios entocnes estamos en presencia de un genio. Para nada debería extrañarme pues tenía en mis mano s una novela de Umberto Eco, la última que me faltaba por leer de etse incomparable hijo de Italia. Me refiero a la última basándome en declaraciones del propio Eco donde afirma, con pesaqr de mi espíirtu, que no escribirá más novelas. Una decisión que dezde el fondo de mi alma espero que cambie. No es fáccil acosttumbrarme a la idea de haber acabado con sus novelas.

Baudolino me deparó placeres únicos. Guiado de la mano de un gran mentiroso rememore leyendxs casi olvidadas, conocí muchas otras y me embarque en un viaje en pos de un Grial que deseaba alcaanzar a cada fin de capítulo. Es que Eco tiene esa magia para hacer soar y a la vez jugvar con nuestra imaginación como pocos escritores en la actualidad.

La obra es un ejercicio semiótico donde las palabras forman un entresijo divertico empero creíble, incluso desde el primer capítulo sabemso a que vamos a enfrentarnos, en ese instante conocemos que el autor está preparándonos para una gran juerga literaria y corre el riesgo de que sus lectorrs abandonen ahí mismo la lectura. Ese primer encuentro es narrado en una lengua inventada, primero creemos que se trata de latín, algo así a lo que sucede en El nombre de la Rosa donde las citas en este idioma son comunes, empero no, es otro el objetivoo, demostrarnos que el protagonista es un personaje divertido y extravagante y que no debe ser tomado muy en serio. Debo confesar que salte ese capítulo, pensaba que estaba desarrollado parra eso, empero mi conciencia no me dejaba tranquilo y cuando hube ?concluido? el volumen retorné al principio y armándome de paciencia me di a su lectra. Un gran dolor de csbeza empero al rato ya sabbía leer ese amasjo que parecía ininteligible y para mí sorpresa descubrí que su contenido ocultaba gran parte de la esencia del libro. Una audaz broma o prueba de Eco que logré pasar.
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Extraido de Letras e Ideas